Según el catedrático de Política Económica Antón Costas, «somos un país más decente desde la aprobación del Ingreso Mínimo vital». Al fin tenemos un instrumento para una realidad insoportable como es la pobreza en nuestro país. Aunque «se observan demasiadas exigencias, papeleos, requisitos que no atienden la pluralidad y las necesidades actuales de las familias», según la psicóloga social Amèlia Lòpez, que ofrece nuestra última reflexión del Comité de Presencia Pública en nuestra colaboración mensual Viaje a la Dignidad con el Levante EMV.
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